quinta-feira, 13 de junho de 2013

COTIDIANO



COTIDIANO

Los sangrantes pies de la niñez
Expuesta por las calles, harapienta,
Rapaces gavilanes rondan los miserables
Esperando la queda en los abismos,
Cráteres inmensos, aridez,
Sordidez tranquilamente se acerca
Y sorbiendo lo que fuera una promesa,
Y ahora se desnuda más hambriento,
El halito profano de un chacal
La carne en podredumbre, mismo en vida,
Extiende sucias manos, ojos lejos.
Sin nexo, sin sentido, entorpecidos.
La campana llamando, los fieles
Hasta la iglesia, siguen en paz.
Las mismas carcajadas, mismos clavos,
La mano herida extiendo y ninguno la percibe.
Las oraciones hechas,
Cumplidos sus deberes sociales,
Y la vida prosigue en su ritmo rutinero.
Otro miserable observando la escena
También ten en sus manos y sus pies
Antiguos clavos arraigados…


MARCOS LOURES

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